Tradicionalmente, los Ojibwa construían los atrapasueños atando hebras alrededor de una argolla circular o con forma de lágrima, resultando una red similar a una telaraña.
El atrapasueños, colgado sobre la cabecera de la cama, es usado a menudo como un hechizo para proteger a los niños de las pesadillas y de las visiones malignas. Los Ojibwa creían que un atrapasueños filtraba los sueños de las personas: los "buenos sueños" pasan por el centro hacia la persona que duerme. Los malos sueños son capturados en la malla y se desvanecen con el primer rayo de luz del amanecer.
Nuestros atrapasueños son realizados con bejuco de mano de tigre, hilo macramé, semillas, madera y tela.
Precio: (Colones)
C 6.000